En el Colegio Bilingüe Maximino Poitiers, reconocemos la importancia de la fe en el desarrollo integral de nuestros estudiantes. Por ello, ofrecemos el servicio de Capellanía, un espacio abierto a toda la comunidad educativa para acompañar su crecimiento espiritual y fortalecer su relación con Dios.
Nuestra Capellanía brinda un amplio abanico de actividades y servicios, entre los que se encuentran:
La Capellanía del Colegio Bilingüe Maximino Poitiers busca crear un ambiente de acogida y respeto, donde cada miembro de la comunidad educativa se sienta libre de explorar su fe y crecer en su relación con Dios. Creemos que la educación espiritual es un complemento esencial para el desarrollo integral de nuestros estudiantes, preparándolos para enfrentar los desafíos de la vida con una base sólida de valores y principios cristianos.
Es uno de los eventos más emotivos y significativos del año escolar. Acompañamos a los niños y niñas en un proceso de preparación integral que comienza desde el inicio del año, guiándolos en el camino hacia este sacramento tan importante.
Un camino de fe y preparación:
Durante el año, los estudiantes participan en clases de catequesis donde aprenden sobre los principios de la fe católica, la importancia de la Eucaristía y el significado de recibir a Jesús en su corazón. Los preparamos para comprender el sacramento de la Primera Comunión no solo como una ceremonia religiosa, sino como un encuentro personal con Dios que marca un hito en su vida espiritual.
La Noche de la Luz: Un encuentro familiar en torno a la fe:
Como antesala a la Primera Comunión, celebramos la Noche de la Luz, un evento especial donde los estudiantes y sus familias se reúnen para reflexionar sobre la importancia de la luz de Cristo en nuestras vidas. En este ambiente de recogimiento y alegría, compartimos oraciones, cantos y actividades que fortalecen los lazos familiares y la fe de la comunidad.
El día de la Primera Comunión:
El día de la Primera Comunión es una ocasión llena de alegría y solemnidad. Los niños y niñas, vestidos de blanco, reciben por primera vez el sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo. Es un momento único en el que renuevan su compromiso con la fe y se convierten en miembros plenos de la comunidad católica.